¿Diversión o Discriminación?
- Shaira De Avila

- 8 sept 2021
- 2 Min. de lectura
A la sociedad del entretenimiento le pertenecen los memes, esos que han plagado redes sociales hasta el cansancio y que nos permiten desconectarnos muchas veces de situaciones poco positivas. Ahora bien, los memes hoy en día además de ser creados para entretener también son hechos, indirectamente, para informar.
“¿Viste el meme sobre los afganos en la costa bailando música de Diomedes?” te puede preguntar tu amigo en medio de cualquier conversación. ¿Es una situación hipotética? Sí. Pero viene condicionada por un hecho noticioso: Colombia ofreció refugio a la población afgana que tuvo que emigrar debido a la difícil situación de su país. Así pues, los memes se han convertido en un espacio donde los límites entre realidad-ficción se distorsionan, pero donde convergen entretenimiento, información y algo más.
Desafortunadamente, en especial la situación de Afganistán ha traído a colación toda clase de estereotipos perjudiciales para esta población. Ha puesto a la sociedad a maquinar todo tipo de ideas denigrantes que demuestran nuestro poco avance intelectual frente a la aceptación de diferentes culturas. En redes abundan los “memes” sobre afganos terroristas, porque, al parecer es la única forma en la que pueden ser vistos internacionalmente, a pesar de estar pasando por uno de sus peores momentos sociales.
A la gente no le conmueve ver como muchos de ellos han tenido que entregarle sus hijos a soldados extranjeros buscando salvarlos de la barbarie. Ni la foto del avión militar que expertos no logran explicar como voló con tantas personas. No, a la gente le apetece divertirse. Le apetece colocar la foto de un afgano con una AK-40 y el enunciado de “vengo a cobrar los yogures de la semana pasada”. O el Photoshop de una escuela afgana hecha pedazos con el enunciado de “Otra bomba más y se van suspendidos niños”. Eso es lo que atrae.
No somos conscientes de lo discriminatorio de un meme porque nos escudamos en que son hechos para entretener.
Sin embargo, hay que ser cuidadosos con la barrera realidad-ficción donde la discriminación puede estar entrelazada sin darnos cuenta. Y más frente a la actual situación delicada de Afganistán.




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